Agencia Andina.- Muchas personas pueden estar dentro de una relación tóxica sin saberlo, exponiéndose así a una serie de daños emocionales e incluso físicos que podrían evitarse si lograran detectar a tiempo sus seis características.
Así lo advirtió la psicóloga del equipo técnico de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), María del Pilar Luna, quien sostuvo que este tipo de relaciones se presentan con más frecuencia entre jóvenes, aunque pueden darse a cualquier edad.
“Por lo general aparece entre personas con vacíos emocionales, que de repente buscan personas parecidas, que han padecido las mismas ausencias (del padre, la madre). Es así como hacen una alianza alrededor de sus problemas y no de lo bueno”, manifestó.
La mayoría de personas en relaciones tóxicas “escoge” a sus parejas de manera inconsciente, ya sea por necesidad de “comprensión”, “atención excesiva” o porque se sienten bien siendo “salvadoras” del otro.
“Piensan que los podrán cambiar con amor, pero eso no es real. Si la pareja necesita ayuda, tú no se la darás, necesitará ayuda profesional, de un especialista”, indicó.
Atento a estas señales
La primera característica de una relación tóxica es la dependencia emocional, no hacer nada sin consultarle al otro, sin tener su aprobación. Se pierde la capacidad de tomar decisiones.
“Es una relación simbiótica, donde no puedo respirar si él o ella no lo hace. En una relación sana ambas personas tienen capacidad de crecer, de ser independientes, no necesitan la validación del otro para sentirse completos.”
La falta de privacidad es la segunda característica: en esas parejas es común que se invada la privacidad del otro, se pida la clave del teléfono celular, del Facebook y las demás redes sociales. Se controlan las amistades, las visitas a la familia de origen. Se controla todo.
Advirtió que en una relación tóxica surgen siempre los chantajes. Él o ellaamenazan con irse o terminar la relación, con el objetivo de lograr que el otro se someta.
La cuarta característica es tener que dar demasiado a la pareja para que esté bien o no se moleste, se irrite o se ponga triste.
“Una pareja es una relación de pares, donde no es obligación dar demasiado y dejar de ser genuino. En consulta veo a muchas mujeres que indican este aspecto, que dicen ya no ser las de antes por satisfacer a la pareja”, refirió.
Aislados del mundo
La quinta característica de una relación tóxica es aislarse del mundo que se tenía antes de empezar la relación.
“Se pierde el contacto con la familia, con los amigos. Entonces, cuando se necesita ayuda no hay nadie más que la pareja. Es muy importante no perder los vínculos que se tenían”.
La psicóloga detalló que la sexta característica es generar sentimientos de culpa en el otro o la otra.
“En una pareja ambos son iguales. Nadie es el papá o mamá del otro, el terapeuta, o la incondicional que siempre va aceptar todo. No se deben aceptar chantajes ni sentimientos de culpa”, destacó.
Si bien las mujeres son tradicionalmente las víctimas en una relación tóxica, refirió que los hombres también pueden ser víctimas en este tipo de parejas.
Pedir ayuda
“Si uno se encuentra en una relación de este tipo debe buscar ayuda y luego trabajar en uno mismo para descubrir por qué se eligió a esa pareja y evitar repetir la historia”, refirió María del Pilar Luna.
Dijo que el peligro de permanecer en una relación tóxica es muy alto, aunque al inicio no lo parezca. “El mayor riesgo es un feminicidio. Muchas mujeres terminan y vuelven a su relación una y otra vez con la esperanza de que la relación mejore, pero esto no va ocurrir y por el contrario se tornará más violenta”, sostuvo.
La recomendación en estos casos es comunicar lo que está pasando a la familia o personas de confianza, luego separarse de la pareja y buscar ayuda profesional para asumir una serie de cambios personales a fin de no regresar a la relación tóxica o repetir el mismo patrón con su próxima pareja.
La experta recordó que el Ministerio de Salud ha implementado 103 Centros de Salud Mental Comunitario en todo el país, de los cuales 33 se ubican en Lima y Callao, donde la población puede acudir para recibir soporte y ayuda especializada con el objetivo de salir de una relación peligrosa, sobre todo cuando hay niños de por medio.