Salud en Casa.- El cambio climático se ha convertido en el mayor desafío para la salud a nivel mundial, de acuerdo con la OPS (Organización Panamericana de la Salud) y Perú no es ajeno a este fenómeno, según REF e Ipsos Global Trends 2024, 8 de cada 10 peruanos se preocupan por el cambio climático y la sostenibilidad.
Prueba de ello, son las instituciones educativas en Lima que están marcando la diferencia con proyectos que han puesto a la sostenibilidad en el corazón de su enseñanza. De esta manera, los estudiantes no solo aprenden sobre ciencia y matemáticas, sino también sobre cómo cuidar el mundo que los rodea, convirtiéndose en verdaderos agentes de cambio desde las aulas.
Al respecto, Milagros Ormachea, docente y especialista en tecnología educativa y ciencias del Colegio de la Inmaculada, señala que: “Estamos demostrando que las escuelas pueden ser líderes en la lucha contra la crisis ambiental. A través de iniciativas como la reforestación en laderas, el uso de aguas residuales para el riego y la conservación de especies, buscamos contribuir en la formación de la próxima generación de defensores del medio ambiente”.
En este contexto, la especialista comparte algunas tendencias que se están implementando en los colegios para construir un futuro más sostenible:
Conservación y biodiversidad: A través de programas que involucran el cuidado y protección de especies en peligro de extinción, los estudiantes aprenden sobre biología y ecología, y contribuyen directamente a la preservación de la fauna local. Un caso concreto es el zoocriadero del Colegio de la Inmaculada, donde los animales que se tienen han sido abandonados o entregados por quienes los tenían en cautiverio, demostrando que es posible vincular la educación con la protección del ambiente de manera tangible y efectiva.
Tecnología ecológica: El uso de tecnologías avanzadas para el tratamiento de aguas residuales se está implementando en diversas instituciones educativas. Estas permiten que las escuelas gestionen sus recursos hídricos de manera sostenible, utilizando sistemas de lagunas de oxidación o plantas de tratamiento biológico. Los beneficios incluyen la reducción del consumo de agua potable y la concientización de los estudiantes sobre la importancia del manejo responsable de los recursos.
Reforestación y agricultura: Muchas escuelas han comenzado a transformar terrenos baldíos en espacios verdes productivos, promoviendo la agricultura urbana y la reforestación. Por ejemplo, en el Colegio de la Inmaculada, a través del cultivo de olivos, naranjas, higos y pecanas, los estudiantes no solo aprenden sobre la importancia del manejo sostenible del suelo, sino que también comercializan estos productos en la cafetería, demostrando que la sostenibilidad puede ser rentable.
Gestión de Residuos y compostaje: Otra tendencia que está ganando terreno en los colegios limeños es la gestión integral de residuos. A través de programas de compostaje y lombricultura, las escuelas están convirtiendo sus residuos orgánicos en fertilizantes naturales, reduciendo así su huella ecológica y fomentando la economía circular desde el ámbito educativo.
“Estas iniciativas además de enriquecer el currículo educativo, fomentan un sentido de pertenencia y compromiso con el entorno. Al involucrar a los estudiantes en proyectos tangibles, se les brinda la oportunidad de aprender sobre la sostenibilidad de manera práctica, desarrollando habilidades críticas y una mentalidad proactiva”, finalizó Ormachea.