Las vacunas son uno de los grandes descubrimientos de la medicina moderna, pues permiten la prevención de enfermedades importantes. Según la Organización Mundial de la Salud, la vacunación evita cada año la muerte de entre 2 y 3 millones de personas y, si se aumentaran las tasas mundiales de inmunización, se podrían salvar otros 1.5 millones de personas al año.
Sin embargo, aún hay un creciente sector de la sociedad que ve con desconfianza las vacunas, pues considera que puede tener muchos efectos secundarios. Ante ello, la doctora Theresa Ochoa Woodell, investigadora principal del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, despeja cinco mitos en torno a las vacunas:
1. Es mejor estar protegido por la vacuna que dejar que el niño haga la enfermedad
Uno de los pilares fundamentales de la medicina moderna es la prevención y justamente a través de la vacunación se protege a los niños y también a los adultos de desarrollar enfermedades discapacitantes o mortales, como por ejemplo la polio, que produce parálisis y atrofia en las piernas, o la meningitis, que puede causar la muerte. Hoy en día, en las Américas, Estados Unidos y Venezuela aún existen casos de sarampión que se contagian con la alta frecuencia en los viajes internacionales. Esta enfermedad no solo produce lesiones en la piel, sino cuadros graves de neumonía o encefalitis y una disminución marcada de las defensas. Por eso, es mejor que el niño este protegido.
2. Las vacunas son seguras
Las vacunas se producen en la actualidad con la más alta tecnología y permiten que, a través de la administración de una pequeña parte o proteína del microorganismo, el cuerpo humano pueda desarrollar defensas contra ese organismo sin producir la enfermedad. Antes de que una vacuna salga al mercado pasa por una serie de estudios clínicos muy estrictos en miles de pacientes y eso permite determinar su eficacia y seguridad. Aunque en algunos casos, ciertas vacunas tienen efectos adversos en las personas, la mayoría son leves; los más frecuentes son fiebre por un par de días y dolor o enrojecimiento en la zona de aplicación.
3. Es seguro colocar varias vacunas al mismo tiempo
Aunque las personas suelen pensar que esto puede ser contraproducente no es así. El calendario de vacunación del Ministerio de Salud es uno de los más completos de la región. Brinda protección a 16 enfermedades entre la hepatitis B, rotavirus, difteria, tétanos, pertusis, polio, rubéola, paperas, sarampión, varicela, entre otras. Todas estas vacunas se administran bajo un esquema que es seguro y recomendado internacionalmente. No existe ningún problema en administrar varias vacunas al mismo tiempo; no hay ningún riesgo con la salud del niño. Adicionalmente, se sabe que la respuesta del organismo, es decir la producción de anticuerpos, es adecuada cuando se administran varias vacunas al mismo tiempo.
4. El niño puede vacunarse cuando tienen un simple resfrío o fiebre leve
Una de las principales razones por las que los niños dejan de vacunarse o se atrasan es por esta creencia. Sin embargo, no existe una contraindicación absoluta para que el niño con una fiebre leve o un simple resfrío se vacune. Sin embargo, en general, si el niño está enfermo, podemos atrasar la vacunación unos días, pero si solo es un resfrío (“moquitos”, estornudos, fiebre leve), es mejor vacunarlo y no atrasarnos con su calendario de vacunación.
5. El niño puede ponerse al día en sus vacunas
El niño que por alguna razón dejó de vacunarse o se atrasó, puede ponerse al día. Lo importante es que no deje de estar protegido. El período clave de la vacunación son los primeros 6 meses de vida. En esta etapa se colocan las siguientes vacunas: BCG (contra la tuberculosis), hepatitis B, DPT o triple (difteria, tétanos y pertusis), polio, hemofilus, neumococo y rotavirus. Esta etapa es crucial, pues es el niño se protege contra todas estas enfermedades, antes de que este expuesto a ellas, y a una edad en la que está en mayor riesgo de desarrollar infecciones severas. Al año de edad se coloca la vacuna triple vírica (rubéola, sarampión y paperas), la vacuna de fiebre amarilla y luego la de neumococo. Además, los padres de familia no deben olvidarse de las dosis de refuerzo, que normalmente se colocan al año y medio, y entre los 4 a 6 años de edad. Estas dosis ayudan al sistema inmune a mantener las defensas más duraderas.
La doctora Theresa Ochoa Woodell señaló que el esquema de vacunación peruano es muy completo y totalmente gratuito, y aseveró que lo que nos falta es mejorar las coberturas, es decir hacer que toda la población este al día con las vacunas que le tocan para la edad.