Salud en Casa.- El embarazo es una etapa muy importante en la vida de muchas mujeres, pero también un período en el que se debe tener cuidado sobre la salud de la futura mamá y su bebé. Entre los riesgos de complicación del embarazo y ante los cuales las gestantes deben estar alerta, están las enfermedades tiroideas y uno de los más frecuentes es el hipotiroidismo debido a una deficiencia de las hormonas tiroideas en la gestante, lo que puede causar un daño significativo en el desarrollo del feto.
El Dr. Eduardo Pretell, médico endocrinólogo y expresidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología, destaca que durante el embarazo el buen funcionamiento de la glándula tiroides de la embarazada es crucial, porque el desarrollo fetal, especialmente del cerebro, requiere el aporte de las hormonas tiroideas maternas a través de la placenta.
Durante los tres primeros meses del embarazo, el desarrollo fetal depende exclusivamente de las hormonas tiroideas maternas y es necesario que la glándula tiroides de la madre produzca suficientes hormonas tiroideas para satisfacer las necesidades del feto en crecimiento. A partir del cuarto mes, la tiroides fetal progresivamente produce sus propias hormonas tiroideas, pero para ello requiere que la madre le transfiera yodo a través de la placenta.
El yodo es un elemento químico indispensable para la síntesis de las hormonas tiroideas y es adquirido a través de la alimentación. Existen, sin embargo, extensas zonas de la corteza terrestre donde hay deficiencia de yodo debido a un fenómeno ecológico natural permanente, principalmente las zonas montañosas como la Cordillera de los Andes.
Detección temprana
Una condición patológica como el hipotiroidismo, en la que la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, puede tener consecuencias graves, tanto para la madre como para el bebé en gestación. El Dr. Pretell remarca que el hipotiroidismo durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones tanto para la madre como para el feto, tales como aborto espontáneo, parto prematuro, pre eclampsia, anemia materna, diabetes gestacional, insuficiencia cardíaca y hemorragias en el parto, y lo que es más importante, puede producir daño cerebral y mental del feto.
“En investigaciones hechas en la sierra de Perú, hemos demostrado una elevada incidencia de hipotiroidismo materno y daño en el desarrollo cerebral y cognitivo del recién nacido, debido a la deficiencia natural de yodo”, indicó.
Por esta razón, descartar el hipotiroidismo durante este periodo se convierte en una prioridad. Es crucial identificar y tratar el hipotiroidismo lo antes posible para minimizar estos riesgos y garantizar un embarazo saludable.
Es recomendable que las mujeres en edad fértil que planean tener un embarazo verifiquen el estado de su función tiroidea, sobre todo si hubiera síntomas sospechosos de hipotiroidismo. Descartar el hipotiroidismo durante el embarazo es fundamental para proteger la salud de la madre y el desarrollo del feto. Con una detección temprana y un tratamiento adecuado, las complicaciones asociadas con el hipotiroidismo pueden prevenirse, permitiendo un embarazo seguro y un nacimiento saludable.
Diagnóstico y tratamiento
Para el diagnóstico y el tratamiento del hipotiroidismo es necesario la consulta médica con un médico endocrinólogo y la confirmación del estado funcional de la tiroides mediante pruebas de laboratorio para medir los niveles hormonales en la sangre, que incluyen la medición de la tiroxina (T4), la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y, además, la determinación de anticuerpos antitiroideos.
El tratamiento consiste en la administración de hormonas tiroideas sintéticas en dosis que garanticen restablecer los niveles hormonales normales y el estado saludable de la gestante.
Con la finalidad de crear conciencia sobre la importancia de la tiroides, la detección y el tratamiento de las enfermedades tiroideas, la Sociedad Peruana de Endocrinología continúa con su objetivo de generar atención en las enfermedades tiroideas y su relación e interacción con otras enfermedades crónicas como diabetes, cáncer, afecciones cardíacas, entre otras, o estados y/o condiciones como el embarazo y el envejecimiento.