Salud en Casa.- Juan Leonidas Espinoza Alachi es un experimentado zapatero remendón, con más de 60 años de experiencia confeccionando y arreglando calzados. A sus 76 años de edad goza de muy buena salud y vive agradecido a los médicos del hospital Hipólito Unanue que lo operaron dos veces del corazón y al Seguro Integral de Salud (SIS) que financió integralmente las intervenciones quirúrgicas que le salvaron la vida.
“El Barranquino”, como popularmente es conocido en el tercer sector de Villa El Salvador, siempre ha vivido entre zapatos, cueros, suelas, clavos, martillos y su inseparable “diablo”, (antiguo yunque para zapateros). No recuerda el día, solo que fue una tarde en julio del 2016 cuando, estando en su taller, le empezó a doler y arder el pecho y el brazo. Estaba solo y quiso salir a pedir ayuda, pero no pudo, cayendo pesadamente al suelo.
“No pasó mucho tiempo y felizmente llegó uno de mis nietos, por la ventana vio que estaba tirado en el piso. De inmediato aviso por teléfono a una de mis hijas. Se comunicaron entre mis hijos y nietos y llegaron a la casa, entraron y me encontraron aún echado en el suelo. Recomendados por una amiga médico me llevaron al hospital Hipólito Unánue donde prácticamente me revivieron”, contó Juan Leonidas, quien está afiliado al SIS hace 10 años.
Le había dado un infarto al corazón y los médicos le dijeron que tenían que operarlo de inmediato, colocándole dos stent (pequeño tubo de malla de metal que se expande dentro de una arteria del corazón). Su diagnóstico fue cardiomiopatía isquémica (estrechamiento de las arterias que suministran sangre al corazón) y presión alta. “Me asusté porque no tenía dinero, pero el médico me dijo que no me preocupara porque el SIS me iba a pagar todo. Estuve una semana internado, los médicos me atendieron muy bien y no pagué un solo sol. Estoy muy agradecido con el SIS”, aseveró.
Segunda operación
Un sábado de enero del 2017 recibió una llamada del médico que lo atendió en el hospital Hipólito Unanue y le pidió que lo fuera a buscar inmediatamente. Cuando llegó le dijo que tenía que operarlo por segunda vez. Quiso ir a su casa para avisar, pero no lo dejaron porque debía ser operado urgentemente ya que necesitaban colocarle otros dos stent, según nos contó. El personal de salud avisó a su familia. Esta vez solo estuvo tres días en el hospital.
Después de esta segunda operación su vida cambió ya que tenía que cuidarse muy bien e ir a sus controles. Inicialmente siguió yendo al Hipólito Unanue, pero después fue referido al Hospital de Emergencias Villa El Salvador –más cerca a su casa- a donde acude en los últimos años a sus citas y a recoger sus medicamentos. Todo está cubierto por el SIS. “Juancito, tienes que cuidarte bastante”, recordó que le dijo el médico luego de la operación.
Feliz con bisnietos
Don Juan tiene tres hijos, cuatro nietos y cuatro bisnietos. Nos dijo que de no ser por los médicos y el SIS ya no estaría aquí con nosotros y no hubiera podido gozar del amor y alegría de sus bisnietos. “Agradezco mucho a Dios que él haya intervenido en las manos de los médicos que llevaron a cabo mi operación. El SIS es una necesidad muy grande para los que tenemos una situación económica no muy buena. El SIS es algo que realmente ayuda”, expresó.
Vida sana
Aseguró que ahora lleva una vida sana y metódica, con comida saludable y hace bastante ejercicio. Por ejemplo, al día realiza nada menos que 1,100 pedaleadas en una bicicleta estática que él mandó confeccionar a un amigo. No parece que tuviera 76 años y, como él mismo lo dijo orgullosamente, tiene para rato.
El Seguro Integral de Salud recuerda que la atención de un asegurado en el establecimiento de salud es completamente gratuita. Si tiene alguna queja o reclamo, puede presentarla ante las oficinas del SIS a nivel nacional, también a través de la línea gratuita 113, opción 7 (Susalud). Igualmente, puede hacerlo en el mismo establecimiento de salud, a través del libro de reclamaciones.