RPP Noticias.- El caso de una niña abusada sexualmente en un centro educativo de Chincha ha vuelto a poner en alerta a los peruanos. Hace dos meses, como se recuerda, una pequeña fue reportada como desaparecida y luego encontrada muerta.
Estas situaciones no solo ponen en perspectiva el papel de la policía y del Estado en cuanto a la protección y seguridad de los niños y adolescentes, sino que establece en los padres de familia peruanos dudas sobre el cuidado que deben tener con sus hijos para prevenir que ellos se conviertan en víctimas.
“Es difícil para un padre ver estos casos sin preguntarse si sus hijos están bien. Se genera paranoia en los padres, una suerte de ansiedad y pánico”, comenta la psicóloga clínica Maribel Briceño.
Pero el peligro no solo está en la calle. Más del 48% de los casos de abuso sexual están ligados a personas cercanas a las víctimas, como familiares y amigos.
“Por eso a veces es difícil para algunos padres realizar una denuncia. Creo que es una situación compleja, dolorosa, y más allá de ser un tema de incertidumbre o de taparnos la boca como sociedad, creo que tenemos que hablar, decirlo y denunciarlo”, afirma la especialista.
CLAVES PARA PREVENIR EL ABUSO SEXUAL
Comunicación. Establecer vínculos de confianza entre padres e hijos permitirá que los menores se sientan seguros de poder contar episodios que los incomoden y, de producirse algún acto de abuso, velar por llegar a justicia. “Lo más importante es la comunicación y la información".
Información sin tabúes. “No hablar de sexualidad por vergüenza ya es algo del pasado: tenemos que hablar con los niños y explicarles qué está pasando, cómo deben actuar”, recomienda Briceño. “La información debe darse de acuerdo a la edad de nuestros hijos”, añade Tuñoque.
Respeto sí, sometimiento no. Las especialistas concuerdan en que aprender desde pequeños a decir no y saber identificar las situaciones de peligro es clave. “Podemos enseñarle el respeto por los adultos, pero eso no significa que deben seguir al pie de la letra lo que ellos dicen, sean conocidos o desconocidos”, explica la psicoterapeuta Liliana Tuñoque.
“Yo creo que debemos enseñarles que sus cuerpos les pertenecen y nadie tiene derecho de tocarlos. Les debe quedar claro que nadie debe tocar ciertas zonas íntimas. Los niños y las niñas tienen que saber qué está mal, deben hablar sin miedo, denunciar”, finaliza Briceño.
¿CÓMO DETECTAR SI NUESTROS HIJOS SON VÍCTIMAS DE ABUSO?
Los cambios de personalidad son las primeras señales de alerta. "Los niños cambian su actitud: se vuelven tímidos, reservados, introvertidos, no quieren socializar ni jugar con otros niños. No tienen tolerancia a la frustración y son muy sensibles, lloran por todo", comenta Tuñoque.
Además, los menores presentan desordenes en su ritmo de sueño, con cuadros severos de insomnio. Su alimentación también puede verse dañada. "Tienen inapetencia o vomitan los alimentos. Esas son manifestaciones orgánicas y somáticas de que algo está pasando”. El rendimiento escolar también puede verse perjudicado. Su carácter se ve modificado: la agresividad se vuelve parte de su conducta diaria. Presentan casos de enuresis (o micción espontánea)", finaliza la especialista.