Salud en Casa.- La importancia de garantizar un ambiente escolar seguro y propicio para el éxito de los estudiantes se vuelve cada vez más relevante. Los psicólogos educativos desempeñan un papel crucial en la consecución de estos objetivos al abordar las necesidades afectivas, estimulaciones cognitivas, y los motivos de la actuación de las personalidades en formación, para prevenir la violencia y fomentar la inclusión en el marco de una convivencia democrática.
Sin embargo, a nivel nacional, existe una brecha de profesionales. De acuerdo con el Ministerio de Educación, solo poco más del 2% de instituciones educativas públicas cuentan en promedio con al menos un psicólogo para atender a toda la población escolar. Esa situación se agrava si se tiene en cuenta que, a la fecha, se han registrado más de 6.000 casos de bullying a nivel nacional.
“La importancia de contar con estos profesionales no puede subestimarse, ya que desempeñan un papel crítico en la prevención de la violencia escolar y en el éxito académico de nuestros estudiantes. Se debe aumentar el acceso a psicólogos educativos para garantizar un ambiente de aprendizaje seguro y saludable para todas las futuras generaciones", sostiene Ronald Armando Leon Santos, coordinador de la maestría de Psicología Educativa de la Universidad Autónoma del Perú.
El especialista resalta también que los psicólogos educativos trabajan incansablemente para prevenir la violencia, utilizando una variedad de enfoques que incluyen programas de prevención, capacitación en resolución de conflictos y apoyo socioemocional.
“Desempeñan un papel fundamental en el éxito académico de los estudiantes. Realizan evaluaciones psicológicas para identificar posibles bloqueos personales que inciden en el desempeño escolar, como trastornos del aprendizaje, dificultades emocionales o defectos del carácter, además de brindar apoyo adaptado a las necesidades individuales de los estudiantes”, sostiene.
De esa manera, destaca que los psicólogos educativos pueden colaborar estrechamente con padres y maestros para desarrollar estrategias efectivas en la regulación de la orientación del comportamiento, desempeño y conducta de los educandos para el desarrollo de fortalezas personales para disfrutar de la vida y la formación de recursos personales para salir adelante, es decir, aprender a gestionar su vida.