A pesar de no ser un fenómeno común, las cifras revelan que una de cada 1.500 hasta una de cada 4.000 mujeres embarazadas tienen cáncer de mama. Estos datos evidencian que hay un grupo de mujeres que aún no se están realizando la mamografía para la detección precoz de esta patología, examen recomendado a partir de los 40 años, y pueden llegar al embarazo sin saber que tienen cáncer.
La Dra. Verónica Toledo, ginecóloga y cirujana del Equipo de Cirugía Oncológica y Reconstructiva de Mama del Instituto Oncológico FALP, señala que enfrentar un cáncer durante la gestación es una situación compleja: “hay decisiones que tomar, tanto personales como médicas. Si aún no ha cumplido las 14 semanas, la paciente puede interrumpir voluntariamente su embarazo, porque está dentro de las tres causales permitidas por la ley”.
Si se continúa con el embarazo, debe estar a cargo de un equipo multidisciplinario que integren ginecólogo, oncólogo, mastólogo, radioterapeuta, y psicólogo. Este último apoyo puede resultar particularmente importante en esta condición: “Un cáncer ya es algo que impacta no solo en la vida personal, sino también familiar, y sumar a ello además la complejidad de estar embarazada puede resultar muy abrumador”, agrega.
La especialista precisa que la definición de cáncer de mama asociado a embarazo se extiende hasta un año después del parto. “O sea, incluye el periodo del puerperio, porque hemos encontrado pacientes que desarrollan un cáncer de mama durante la lactancia, y eso se ve más frecuentemente que durante el embarazo”.
En estos casos, es posible que haya que suspender la lactancia porque se prioriza el tratamiento oncológico. “Pero todo dependerá de su tipo de cáncer”, agrega la doctora.
Si el cáncer de una paciente embarazada se puede tratar con quimioterapia, se prefiere y se posterga la cirugía hasta que ocurra el nacimiento, porque quizás para entonces no haya necesidad de que la operación sea tan invasiva o radical (durante el embarazo no es posible realizar una cirugía conservadora, puesto que debería complementarse con radioterapia y esta última está contraindicada en el periodo de gestación). Si tiene indicación de cirugía —porque el parto está demasiado lejos, por ejemplo, y ese tiempo no se puede perder—, esta se realiza, pero la reconstrucción mamaria se deja en espera hasta después del nacimiento.
Los pacientes de Perú que busquen atenderse en FALP deberán en primer lugar contactarse con la Representante en Perú, luego llenar un formulario y acopiar los documentos sustento de los diagnósticos y tratamientos realizados para que luego se derive el caso a la Unidad Internacional en Chile. Ahí, el médico de la Unidad Internacional evalúa y emite un informe, con posibilidad de una consulta virtual con un especialista.
Para contactar a la representante de FALP en Perú, Cecilia Cerdeña al número 951 330 759 o a [email protected].