Salud en Casa.- La limpieza facial es un paso muy importante en la rutina diaria del cuidado de la piel para eliminar las impurezas, el exceso de grasa y el maquillaje que se acumulan a lo largo del día, evitando que se obstruyan los poros y causen problemas como el acné, aparición de puntos negros, granitos o manchas. Asimismo, este paso es crucial para mejorar la absorción de otros productos, como cremas o serums, haciendo que el rostro luzca radiante y con mayor luminosidad.
En esta línea, se debe comprender que cada tipo cada tipo de piel es único y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra, por lo que es esencial comprender las características y las necesidades de la piel antes de adquirir un limpiador facial.
“Para tener una idea del biotipo cutáneo la persona puede observar sus poros, el biotipo graso presenta poros dilatados, el biotipo seco presenta los poros imperceptibles, el mixto generalmente en la zona T presenta graso (con poros dilatados) y el contorno del rostro seco o normal (poros imperceptibles). Debemos saber que el biotipo cutáneo no es estático y puede cambiar al verse alterado por diferentes factores exógenos o endógenos, como factores hormonales, la edad, tratamientos médicos, productos cosméticos, etc.”, afirma la Lic. Roxana Cuba, coordinadora de la carrera de Cosmiatría del Instituto Carrión.
En el mercado existen una gran variedad de limpiadores faciales, sin embargo, se debe optar por uno dermocosmético e indicado por un especialista, porque estos tienden a respetar el pH fisiológico de la piel, que es de 5.5 aproximadamente, lo que mantiene la acidez de la piel, evitando que pierda hidratación. Suelen ser Syndet, leches o emulsiones limpiadoras, espumas y aguas micelares, mas no jabones que tienen un pH alcalino por arriba de 10, lo que altera notablemente la función barrera que tiene la piel y desencadena diferentes alteraciones, como sequedad, irritación, aspereza etc.
Teniendo en cuenta ello, la especialista da a conocer qué ingredientes o principios activos debe tener el limpiador facial adecuado para cada tipo de piel:
“Recuerda limpiar el rostro dos veces al día (mañana y noche) si cuentas con un biotipo seco, y tres veces al día si cuentas con una piel grasa. Asimismo, ten cuidando con la temperatura del agua, debido a que si está muy caliente puede arrasar con el manto hidrolipídico”, agrega la especialista del Instituto Carrión.