Muchos padres de familia se preocupan por adquirir el calzado escolar por moda o gusto del pequeño, sin contar con la medida exacta o evaluación correspondiente de un especialista, ocasionándole posteriormente molestias y complicaciones en sus pies, muslos y piernas.
Genry Coronado Chirinos, podólogo ortopédico del Portal Salud en Casa, sostuvo que cuando se compra un calzado más grande, esto ocasiona que se levante el empeine, formando una garra, produciendo que la planta del pie realice más esfuerzo, al igual que la pantorrilla.
“Esto causa complicaciones en los muslos y glúteos y, por ello, existe un déficit de rendimiento en educación física”, indicó
De acuerdo al especialista cuando el calzado resulta apretado, producen trastornos en las uñas, resultando curvadas, presentándose oscuras como hematomas, causándole incluso uñeros y dolores al caminar.
“Igualmente aquellos que adquieran plantillas en la calle, las cuales no son ortopédicas, dicho producto en el niño puede alterar los movimientos de los tobillos y dedos del pie; y si su pie es plano y la plantilla aumenta el problema, causando enfermedades en la rodilla, desplazamiento en la cadera y dolor en la espalda baja”, precisó.
Coronado señaló, incluso, que estas plantillas simples son fabricadas de material sintético, promoviendo sudoración, eczema, escozor, mala postura del pie y deslizamiento incorrecto.
“Los niños con pie plano se cansan más rápido, no duran más de dos cuadras, doliéndole las pantorrillas, por ello es preciso medirse cada tres a cuatro meses el crecimiento del pie, desde los dos años hasta los 18 años”, anotó.