Salud en Casa.- Acabar con los mitos y tabúes alrededor de la menstruación es una tarea constante, pero no es la única por atender. Existen barreras fuertes -y costosas- por superar. En el Perú, una mujer tiene una diferencia marcada en tema de costos respecto de un hombre.
Karla Alfaro, Directora de Cuidado Femenino South Latam de Essity, sostiene que esta situación afecta la economía de las mujeres. Ello se refleja en que, de acuerdo a un estudio elaborado por la fundación Friedrich-Ebert-Stiftung, el Estado peruano recauda anualmente más de 80 millones de dólares de impuestos en productos de higiene menstrual, que gastan las mujeres peruanas.
La especialista afirma que el costo económico de ser mujer se extiende a nivel global, debido a que la situación se agrava en aquellas que no tienen acceso a artículos, ropa y medicina para disminuir los cólicos menstruales.
“La pobreza menstrual es un gran problema que afecta a millones de mujeres alrededor del mundo. Esto se agudiza con el escaso conocimiento sobre educación en salud menstrual, la prevalencia de tabúes sobre este tema y la falta de políticas de Estado para atender esta problemática”, agrega.
¿Qué hacer al respecto? Para reducir la pobreza menstrual, Alfaro enfatiza que hay tres retos a tener en cuenta:
Precisamente, Alfaro señala que desde Essity se trabaja para que pronto se pueda salir de la cultura de la vergüenza y el silencio, para así avanzar hacia la igualdad de género y mejorar el bienestar económico y social de las mujeres en el Perú y toda Latinoamérica.