Salud en Casa.- Este año la llegada del ciclón Yaku y el calentamiento del mar generado por el fenómeno del Niño han dejado a más de 517,000 personas en necesidad, según la Red Humanitaria Nacional y más de 280,159 personas afectadas y más de 47 mil damnificadas, en base al último reporte de INDECI al 16 de abril. Este contexto, además de ocasionar pérdidas de hogares y pertenencias, destrucción de negocios, centros de salud y colegios, también ha impactado a las mujeres en sus diferentes grupos etarios.
De por sí, se vive en una sociedad donde las niñas y adolescentes son víctimas de una doble discriminación por género y edad, al sufrir explotación, violencia física y sexual, matrimonio infantil o embarazos tempranos. Oscar Calero, coordinador de Gestión de Riesgos y Desastres de Plan International, comenta que hoy los efectos del cambio climático vienen impactando a las niñas y a las mujeres, obstaculizando sus derechos y afectando su calidad de vida. Estos acontecimientos contribuyen al incremento de la desnutrición, las enfermedades, la pobreza, el abandono escolar, la violencia en sus diversas formas y aumentan los riesgos y peligros relacionados con las condiciones meteorológicas extremas.
En el caso de la nutrición, se evidencia la reducción en la producción de comida y víveres para las niñas. Por otro lado, este grupo tiene menos recursos y tasas más altas de desplazamiento, causas que aumentan su tasa de mortandad. A ello se suma, la recarga de tareas domésticas que recae en ellas, siendo las primeras en verse forzadas a abandonar la escuela para buscar recursos, a través de tareas como la recolección de agua y leña, donde se exponen al acoso y la violencia.
Las tasas de violencia doméstica también aumentan en estos escenarios. Es por eso que, cualquier respuesta a los desastres naturales debe incluir medidas especiales que protejan a niñas y mujeres. También garantizar que los puntos de agua y servicios estén bien ubicados e iluminados en cualquier campamento o asentamiento para prevenir la violencia de género en estos espacios.
“En contextos de emergencia, las niñas y adolescentes suelen asumir mayores riesgos por los roles que les son asignados, como desempeñar labores de cuidado. Sin embargo, el acceso a clases puede verse perjudicado para ellas. Es necesario que, desde nuestras organizaciones, se priorice su educación y desarrollo, de manera que a futuro contribuyan a sus familias y comunidades en materia de prevención y sean más resilientes al cambio climático”, precisó Oscar Calero de la ONG Plan International.
Niñas no tienen acceso al agua
Como es de conocimiento, la región de Piura es una de las más afectadas por las lluvias torrenciales e inundaciones tras el paso del ciclón Yaku y el calentamiento del mar generado por el fenómeno del niño, teniendo hasta el momento a más de 97,812 personas afectadas, según el último reporte de INDECI del 16 de abril. Alexandra, de 12 años, mientras ayuda a su mamá Herla a sacar agua de un pozo que han improvisado en su casa, comenta la grave situación que vive. “De la misma lluvia que cae, tenemos que recoger para tomar, porque no hay de otra. Aquí no hay agua potable. Hemos hecho una canaleta de calamina que recoge el agua que cae a nuestro techo”.
Esta acción es la única forma que la familia de Alexandra ha encontrado para hacer frente a la emergencia. La situación de emergencia actual por las fuertes lluvias e inundaciones en el norte del país dañó los canales rudimentarios que llevan el recurso hídrico del reservorio San Lorenzo hacia decenas de asentamientos rurales de Tambogrande, Piura.
Aproximadamente 7 mil familias de 4 comunidades de Tambogrande se ven obligadas a usar agua de lluvia poniendo en riesgo su salud. Según el estudio realizado en el 2022 por equipo investigador de la Universidad de Estocolmo, no hay un solo lugar en el planeta donde el agua de lluvia sea apta para el consumo humano; debido a que, contiene partículas químicas denominadas “PFAS”.
La amenaza del dengue
Esta zona norteña se ha convertido en un foco infeccioso de diferentes enfermedades como el dengue y chikungunya. Aquí, las personas conviven con enormes charcos de agua estancada producto de las lluvias. Según el Ministerio de Salud, son más de 37 mil casos registrados de dengue a nivel nacional (actualización hasta el 5 de abril).
Ayuda humanitaria
La ONG Plan International ha activado su respuesta a la emergencia para atender a esta región entregando kits humanitarios con víveres, elementos de higiene personal, higiene femenina y kits para bebés, además de kits educativos y elementos para hacer frente al dengue. Ya son más de 264 personas y más de 92 familias las beneficiadas por la ayuda. Además, se entregó más de 6 toneladas de alimentos a 13 comedores populares y 7 ollas comunes de zonas rurales de Chulucanas y Tambogrande, lo cual beneficiará a más 2500 personas durante las próximas tres semanas. De igual forma, se ha brindado orientación a los comités de club de madres y ollas comunes sobre higiene, conservación de alimentos, prevención del dengue y protección a niñas, niños y adolescentes en situaciones de emergencia.
Para apoyar y sumar esfuerzos hacia las y los hermanos del norte del país y Lima, se hace un llamado a la ciudadanía, al sector privado y a la Cooperación Internacional en poder contribuir mediante donaciones diversas para seguir desplegando la respuesta que las niñas, niños y sus familias necesitan. Para mayor información sobre cómo puede canalizar un donativo, ingresar www.plan-international.org.pe/emergencia-ciclon-yaku o contáctese mediante correo electrónico o celular a: [email protected] ; +51 980598425.