Salud en Casa.- ¿Sabías que, durante un incendio, la velocidad del humo varía entre 37 y 128 metros por minuto? Este dato, tal vez, podría pasar desapercibido; sin embargo, según cifras de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA) difundidas en el 2º Foro Andino Etex, el 57% de las víctimas de este tipo de siniestros suscitados en Latinoamérica, no se encontraban en el lugar donde se originó el fuego. Además, la principal causa de muerte fueron las quemaduras en el interior de sus pulmones, debido a la inhalación de humo.
En el Perú, la situación no es distinta y solo es cuestión de memoria para identificar fácilmente incendios con finales trágicos que se pudieron evitar aplicando las normativas y reglamentación correspondientes. Estas normativas permiten garantizar la seguridad contra incendios en grandes construcciones. Así, dentro del Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE) tenemos la Norma A-130, la cual contempla Protección activa, muros y sellos contrafuego y protección pasiva en general.
Desde Promat, como expertos y referentes mundiales en protección pasiva contra incendios y aislamiento de alto rendimiento para el sector de la construcción y la industria, señalaron que los sistemas de protección pasiva contra incendios permiten extender la resistencia del fuego de una estructura y asilar espacios continuos sin que sean afectados por las altas temperaturas.
“Este sistema es idóneo para permitir la evacuación de personas, permitir el ingreso de bomberos, favorecer la extinción del incendio y tener una continuidad operativa del bien protegido; así como, evitar la aparición y/o propagación de un incendio”, señaló Juana Ramírez experta en protección pasiva de Promat.
Uno de los principales conceptos fundamentales en protección pasiva contra incendios es la Compartimentación. Esta técnica establecida por la norma A 130, la cual indica los requisitos de seguridad y prevención de siniestros en edificaciones donde se incluyen requerimientos específicos de acuerdo al uso y numero de ocupantes para hospitales, hoteles, locales comerciales y oficinas, describe una condición que permite evitar la propagación de los incendios y además mantener áreas protegidas, como son las vías de evacuación, esto tiene como objetivo salvaguardar las vidas humanas y preservar el patrimonio. En esa línea, cabe precisar que todos estos requisitos apuntan a limitar e impedir el riesgo en caso de incendio, conteniendo la propagación del fuego.
Este sistema de compartimiento permite la evacuación seguro de los habitantes de una edificación de acuerdo a la A130 hasta 240 minutos al fuego. Asimismo, cada compartimiento de un edificio se compone de sistemas con muros resistentes al fuego y los respectivos sellos en las juntas contrafuego y barreras en cada uno de los sistemas hidrosanitarios que hacen que se pierda la integridad de estos muros. El confinamiento y control del fuego y humo se logra sellando con materiales adecuados cada uno de los accesos de servicios.
“Los sellos corta fuego y corta humo son sistemas con materiales intumescentes y ablativos que se expanden con el calor evitando el paso de humo, gases tóxicos y llamas, adicional a esto se puede lograr un beneficio acústico dada la hermeticidad de los sistemas.” puntualizó Juana Ramírez.