Salud en Casa.- De acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSA), el cáncer es la segunda causa de muerte en las américas y, en el Perú, el cáncer de próstata es la neoplasia que tiene mayor incidencia y mortalidad entre los varones peruanos. Además, se calcula que uno de cada siete hombres padecerá de cáncer de próstata.
Para el Dr. Yan Carlos Vargas, médico radiooncólogo, esta afección es producto del crecimiento descontrolado de las células de la próstata. Si bien en algunos casos este incremento es limitado, existen otros tipos cuyo avance es agresivo y llega a diseminarse de manera muy rápida.
Como advierte el Dr. Vargas, el cáncer de próstata puede no provocar signos ni síntomas en las etapas iniciales, sin embargo, en un estado avanzado, el paciente puede experimentar una disminución en la fuerza al orinar, sangre en el semen o la orina, disfunción eréctil, entre otros.
“Ante el primer signo es importante que el paciente busque ayuda médica. Una vez diagnosticada la enfermedad el paciente tiene dos posibilidades de tratamiento, la cirugía y la radioterapia, ambas cuentan con resultados satisfactorios similares”, afirma el Dr. Vargas.
Braquiterapia, tratamiento que salva millones de vidas
En la actualidad, una de las técnicas más innovadoras, efectivas y con mínimos riesgos es la braquiterapia. Una forma de tratamiento radioterapéutico que brinda resultados positivos en el procedimiento del cáncer de próstata, disminuyendo los efectos adversos.
A diferencia de la radioterapia convencional, la braquiterapia manipula solo a una parte específica de células malignas utilizando una alta dosis de radiación, evitando perjudicar los órganos sanos que se encuentran alrededor de la próstata. Con ello, se preservan funciones como el mantener la capacidad sexual o el control de la micción.
El tratamiento consiste en la colocación de una fuente radioactiva directamente sobre la próstata, mediante unos dispositivos especiales. Este procedimiento se realiza en una sala de operaciones, con anestesia epidural y, en la mayoría de casos, no requiere hospitalización.
De acuerdo con el Dr. Vargas, una vez finalizado el procedimiento el paciente puede regresar a sus actividades rutinarias de manera segura en un rango de 48 y 72 horas, en promedio. El galeno remarca que esta técnica solo puede ser realizada por un especialista debidamente capacitado y acreditado.