Salud en Casa.- El modelo de salud en Perú se prepara para el cambio exigido por un paciente más informado, tras la acelerada digitalización ocurrida durante la pandemia.
En el nuevo escenario de la evolución de la medicina, el paciente sigue siendo el eje central del modelo de salud, sin embargo, la tecnología ahora también cumple un rol fundamental en el avance de la prestación de este servicio.
Gracias a estas tecnologías actualmente podemos contar con servicios de salud a distancia mediante los sistemas de teleconsulta y telemedicina, que superan barreras cuando el paciente y el médico no están en el mismo lugar.
Aunque ambos han permitido dar respuesta de manera rápida y efectiva, evitando desplazamientos innecesarios y sus objetivos están interrelacionados, existen variaciones peculiares en ambos conceptos. Para diferenciar los términos para nuestro mejor entendimiento, el Dr. Daniel Díaz, Director Médico de SANNA División Ambulatoria nos brinda 3 diferencias entre teleconsulta y telemedicina:
Nuevo concepto de atención virtual
Durante la consulta se cuenta con personal de salud a domicilio que potenciará la consulta con el médico a distancia mediante equipos médicos digitales, agregando así el examen físico dirigido para el médico especialista, incrementando así su capacidad de resolución. Mientras tanto la teleconsulta -también conocida como consulta remota- solo posibilita la realización de una interacción médico-paciente por medio del relato a través de medios digitales como los son las aplicaciones o uso de plataformas para videoconferencias.
Acceso a chequeos al paciente en tiempo real
Digitalización del historial clínico
En ese sentido, el Dr. Daniel Díaz, Director Médico de SANNA División Ambulatoria concluyó que “ya sea por teleconsulta o telemedicina, tener la oportunidad de consultar a un profesional de la salud de manera síncrona reduce la exposición al contagio, particularmente en este momento, evita exponerse a la COVID-19. Además, facilita el acceso a los servicios médicos, de asistencia social y autocuidado; evita el traslado de personas mayores, con limitaciones de movilidad o falta de tiempo. Esto tiene como beneficio derivado el consecuente ahorro en costos de los viajes y el alojamiento cuando se trata de pacientes que deben recorrer trayectos importantes para poder acceder a un servicio médico de calidad”.