Salud en Casa.- En el hogar de Yisela y Joel, ubicado en balneario limeño de Ancón, tres saludables y alegres niñas iluminan con sus ocurrencias hasta los más fríos días de invierno. Ellas son Anyeli, de 14 años, Nihan, de 28 meses, y Anne, la más joven, quien acaba de cumplir 30 días de nacida. “En temporadas como esta, en la que incluso los adultos sucumbimos a enfermedades como la gripe, muchos se asombran de que mis niñas estén sanitas y bien despiertas”, cuenta Yisela, para quien gran parte del buen ánimo, curiosidad y alegría que manifiestan las hermanas se debe a la lactancia materna exclusiva que las alimentó en sus primeros meses de vida.
Según cuenta Yisela, fue su madre, la abuela de las niñas, la que le aconsejó darle el pecho a libre demanda a su hija mayor, quien lactó de manera exclusiva, es decir, sin consumir ningún otro líquido o alimento, hasta los seis meses de edad. Luego, recibía el pecho cada vez que lo deseaba hasta cumplir los 5 años, de manera que la leche materna complementaba la alimentación que recibía en su hogar. Por ello, cuando nació Nihan, el plan de ambos padres era repetir dicha experiencia.
“Me enteré de mi tercer embarazo cuando Nihan estaba por cumplir un año. Como para entonces mi hijita ya era usuaria de Cuna Más, en el CIAI Bahía Blanca, las madres cuidadoras me apoyaron y alentaron para seguir dándole el pecho, y eso hice durante 12 meses más”, dice la joven madre.
Aunque ya era una convencida de los beneficios de la leche materna en el desarrollo saludable de las niñas y niños, Yisela cuenta que fue lo ocurrido con su tercera hija, Anne, quien nació prematura, lo que terminó por demostrarle todo su potencial.
“Anne tuvo que permanecer en una incubadora debido a su bajo peso. El doctor, que me veía preocupada, me aconsejó que le diera de lactar cada vez que lo pidiera. Eso hice y el resultado fue increíble. ¡La leche materna logró que mi hija gane casi medio kilo en una semana! Ahora, siempre que me cruzo con alguna amiga con hijos en edad de ser amamantados o con una futura madre, les aconsejo como amiga, dale el pecho, no te rindas si te parece difícil o muy cansado. Es el mejor regalo que les podemos dar a nuestros hijos”, asegura.
Y si alguien duda de sus palabras, Yisela solo tiene que mostrar cómo las más jóvenes de su hogar, Nihan y Anne, continúan creciendo sanas y felices, rodeadas del amor y los cuidados que reciben de su familia.
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