Trome.pe.- La aparición del primer diente entre los 6 y 10 meses del bebé implica llanto, malestar, berrinches y varias noches en vela. Pero lo difícil no termina allí. Luego viene otra etapa un tanto complicada: iniciar el aprendizaje de la higiene dental.
No te extrañe que tu niño cierre la boca cuando quieras lavarle ese dientecito que se asoma tímidamente sobre las encías. O que no le gusta el sabor de la pasta, que se la pase y no sepas cómo enseñarle a escupir. Entonces, pierdes la paciencia, lo regañas y llora. ¿Qué hacer?
“La mayor dificultad inicia cuando son bebés y no toleran fácilmente que se les toque o mantener abierta la boca para hacer una higiene correcta. Muchos lloran y patalean. Por esta razón, las mamás usualmente no perseveran en este proceso y los niños no aprenden”, señala la doctora Luz Echeverri, de OD3 Clínicas Odontológicas.
Así sea una labor titánica, no es imposible inculcarle este hábito saludable a tu pequeño. “Lo ideal es iniciar la higiene bucal desde el primer mes de vida. En principio, limpiando una vez al día su boca con un gasa húmeda. Luego cuando salga el primer diente, comienza con un cepillo pequeño a retirar los restos de alimentos y aprovecha para hacerle también un masaje a sus encías”, agrega la doctora Carolina Hernández, también especialista en OD3 Clínicas Odontológicas.
ENSEÑAR CON EL EJEMPLO
Crear hábitos saludables no es fácil. Se quiere paciencia para repetir las acciones de forma constante, sin cansarnos. Pero con perseverancia se pueden lograr buenas costumbres en los niños. “El cepillado dental debe integrarse a las rutinas diarias, de forma natural. Después de cada comida y antes de dormir. Así se le va enseñando al niño la importancia de la higiene oral, tal como se le enseña a bañarse a diario o a lavarse las manos”, acota Hernández.
En este proceso, los padres debemos enseñar con el ejemplo: si tu niño te ve lavándote los dientes, también querrá hacerlo. Si por el contrario, lo obligas a cepillarse los dientes recién a los siete años, será casi imposible que él lo haga por voluntad propia.
EL DENTISTA TU ALIADO
El cepillado dental es un trabajo en equipo: de padres, hijos y la orientación de un odontopediatra, a quien deben visitar antes de que el niño cumpla un año de edad. A partir de esa consulta es importante visitar al dentista cada seis meses.
Karla Verástegui Tineo, odontopedriatra de la Clínica Odontológica Pediátrica Ruiz asegura que, incluso, pueden acudir desde el primer mes para apreciar dónde se posicionarán los primeros dientes, descartar frenillos que afectan la pronunciación cuando empiecen a hablar, saber cómo serán sus “dientes de leche” y, en especial, para enseñar a los papás sobre técnicas de higiene.
CONSEJOS PARA UNA EFICAZ HIGIENE DENTAL
1. Elige un cepillo de cerdas suaves para bebés o niños, según sea el caso. En las farmacias y supermercados venden productos para la limpieza: masajeador de dientes con cerdas suaves, cepillos de fácil agarre, con cabeza pequeña y redondeada, dentífricos con sabores agradables, enjuagues bucales específicos, entre otros.
2. No existe una técnica mejor que otra en materia del cepillado de dientes. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que no importa cómo uno se cepille. "Siempre y cuando lo haga bien, de manera eficaz, llegando a todas las partes del diente y sin olvidar al final, la lengua", manifiesta la OMS.
3. Es vital que supervises el cepillado dental de tu pequeño, sobre todo para que no se trague el dentífrico o el enjuague bucal y que no se lastime las encías, porque podrían sangrar.
4. Recuerda que en la noche es cuando se generan más bacterias, porque no se segrega la misma cantidad de saliva que durante el día. Eso facilita la aparición de caries y otras enfermedades. Al final del día, se recomienda usar un enjuague bucal medicado.
5. Si aún tu niño no sabe escupir, el National Maternal and Child Oral Health Resource Center aconseja ubicar a tu pequeño con la cabeza agachada hacia adelante y la boca abierta para que caigan los restos de la pasta de dientes en una toalla, un vaso o en el lavadero. Intenta enjuagar con agua corriente y repite el procedimiento.
6. Mientras más edad tenga tu niño, más tiempo invertirá en el aseo de sus dientes. Como mínimo deberá limpiar su dentadura por un lapso de dos minutos. Una canción con esa duración puede ayudar en este momento.
Mamá y papá son las personas que más conocen los gustos de su hijo. Así que elijan a su personaje favorito para que lo acompañe en esta tarea, eviten el consumo de dulces en exceso, ajusten sus horarios para crear un hábito y felicítenlo cuando progrese en su limpieza bucal. Edúquenlo con perseverancia: la mejor recompensa será siempre la sonrisa de tu hijo