Salud en Casa.- Según la OMS (Organización Mundial de la salud) toda persona que pase de los 60 años será considerada una persona perteneciente a la tercera edad o también conocida como adulto mayor. Es común que en esta etapa, la persona se vuelva dependiente de otros y necesite ayuda considerable pero esto no pasa en todos los casos algunos también gozan de excelente salud y se desenvuelven perfectamente.
La compañía es básica para evitar que el adulto mayor caiga en depresión por lo que el apoyo de la familia juego un papel importante pero además, mantener una alimentación balanceada será clave para no permitir el progreso de enfermedades como la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares entre otras.
Algunos cambios que debemos tener en cuenta
Los sentidos del gusto, olfato, vista, audición disminuyen poco a poco, en menor o mayor grado, según el estilo de vida que la persona llevó. La disminución de los sentidos del gusto y el olfato alteran la percepción de los sabores y en algunos casos, esto puede llevar a una disminución del apetito. La disminución del flujo de saliva origina sequedad en la boca y hay pérdida de piezas dentales, por lo que aumenta el uso de prótesis dentales, y además disminuye la eficiencia de la masticación. El aumento de los niveles de glucosa en sangre, cambios en la composición corporal: disminución de la estatura, de la masa corporal y la densidad ósea. Son las alteraciones metabólicas más comunes en esta etapa. Por lo que deben ser evaluados al menos una vez al año por un nutricionista para balancear su alimentación, evitar deficiencias, controlar su peso, y evitar la ingesta excesiva de algunos nutrientes.
Mejorar la alimentación y mantenerse activos es importante
Se debe tomar en consideración la capacidad masticatoria de la persona. Por ejemplo, si es una persona que no tiene piezas dentales, es importante modificar la textura de los alimentos que se le ofrezcan, antes de excluirlos de su dieta.
Promover: El consumo de frutas, verduras y cereales además de lácteos como el queso y yogurt (natural). El consumo de menestras 1 o 2 veces por semana y hervidas con orégano para evitar cólicos de gases. El consumo de agua de 6 a 8 vasos al día para mantenerlos hidratados. El consumo de alimentos ricos en fibra como las frutas con cáscara y los frutos secos. Alimentos ricos en omega 3 y 6 como el pescado oscuro (bonito, jurel, caballa, etc.), el aceite de oliva entre otros para mejorar los niveles de colesterol “bueno”.
Evitar: El consumo de comidas ricas en sal o azúcar. Las frituras, las gaseosas o jugos envasados. El consumo de alcohol o tabaco.
Finalmente, la persona adulta mayor debe mantenerse físicamente activa. Pueden optar por caminar, arreglar el jardín, nadar o bailar en casa con la familia. Lo ideal es realizar 40 minutos al día de algún ejercicio que no necesita ser vigoroso, pero si mantenido en el tiempo. Recuerde, cualquier ejercicio es mejor que nada; aunque se realice por períodos de 10 a 15 minutos. Si tiene alguna limitación física, consulte a un profesional de la salud para realizar los ejercicios apropiados a su condición.
Lic. Carla Torres Fernández-Cabero
Nutricionista Dietista
CNP 6703