Agencia Andina.- Alrededor del 20 a 30% de pacientes que ha tenido covid-19 presenta como secuela alteraciones en su función pulmonar, advirtió el médico neumólogo Alejandro Peña.
En entrevista con el programa Salud y Bienestar de Andina Canal Online, el experto dijo que también hay otro porcentaje de pacientes que queda con daño muscular pulmonar, es decir en la caja toráxica, no el pulmón en sí.
"Hay que diferenciar dos grandes grupos. Por un lado, el que tiene problemas en su función pulmonar, con falta de oxígeno, y por otro lado, el que presenta dolor en la caja toráxica, es decir en los intercostales o los músculos diafragmáticos", explicó.
En estos casos, dijo, es necesario realizar una prueba de función pulmonar para medir la capacidad de intercambio gaseoso y la respuesta al ejercicio. De esta manera, se puede conocer si el daño es pulmonar o muscular-pulmonar.
Al conocerse la respuesta, lo que le toca al profesional de la salud es plantear el objetivo de la rehabilitación muscular, si es pulmonar o física, lo que debe empezar lo más pronto posible, aseguró.
Peña precisó que la mayor parte de pacientes postcovid se rehabilitan: "He tenido pacientes que han pasado mucho tiempo en cuidados intensivos, con limitación de función muscular y paulatinamente mejoran. Pero requieren una valoración y un seguimiento después de su alta".
Sin embargo, hay un grupo de pacientes que desarrolla un daño estructural importante y no mejora con una rehabilitación estándar. Entonces, anotó, deben ser referidos para un gabinete de función pulmonar para hacerle pruebas más complejas y ser evaluado por un especialista.
Generalmente el tratamiento se trabaja por objetivos y es individualizado según la capacidad pulmonar, edad y otros factores, debido a que hay una variedad de escenarios diferentes. Aun así, el doctor Peña comenta que hay grupos familiares y genéticos que no tienen las mismas respuestas: hay adultos mayores que se recuperan muy fácilmente y pacientes menores de 30 años que están semanas y meses sin recuperarse.
"Si tienes una menor capacidad respiratoria por un trastorno ventilatorio restrictivo, eso va a demorar en mejorar. Si tienes una capacidad ventilatoria teóricamente disminuida por una disfunción muscular, esto va a ser más fácil de recuperar con una actividad física progresiva y con una rutina establecida. Son escenarios diferentes".
Asimismo, si un paciente tiene un compromiso muscular-pulmonar, hay una menor fuerza muscular por la propia covid-19 o por los medicamentos recibidos. En ese caso, la persona es candidata a usar algún sistema de refuerzo de la musculatura pulmonar, como el inspirómetro de incentivo, pero su uso debe ser progresivo.
Según el estado del paciente, el especialista a cargo establece las rutinas u objetivos a llevar a cabo mediante el uso del inspirómetro, pero también se consideran las actividades de vida diaria para marcar la independencia y capacidad muscular del paciente: si es capaz de sentarse por sí solo, si es capaz de hacer sus actividades de limpieza, de aseo, si puede ir hacer al baño sus deposiciones.
Adicionalmente, refirió, el fortalecimiento de cuádriceps permite que la actividad física pueda llevarse de una forma adecuada y decorosa, consiguiendo una terapia respiratoria exitosa, pero antes es necesario descartar que el paciente tenga un daño estructural en el pulmón.
Peña indicó que una parte importante de la rehabilitación comprende una alimentación balanceada, de preferencia guiada por un nutricionista, para que recupere el peso perdido durante el tratamiento de la enfermedad y para tener la energía suficiente durante la rehabilitación posterior.
¿Ataque respiratorio o de ansiedad?
Un paciente post-covid puede presentar un ataque respiratorio, que se caracteriza por una sensación de ahogo, pero es importante determinar si realmente está ante una insuficiencia respiratoria o si se trata de un ataque de ansiedad.
Para ello, es clave el uso del pulsioxímetro ya arrojará la saturación del paciente. Si efectivamente los niveles son menores de 90, lo primero que debe hacerse es administrarle oxígeno. Lo segundo, es descartar si es un trastorno que requiere un tratamiento médico.
"Si el paciente satura 88 u 89 no es una cosa fingida o una cosa de origen ansioso, eso es real. Pero si la persona que estás evaluando tiene saturación estable, no hay que considerar que esto es una gravedad".
Por último, mencionó que es importante que el paciente tenga en casa un pulsioxímetro para evaluar de manera constante su saturación.