Agencia Andina.- "¿Por qué yo no? ¿Por qué siempre voy a esperar a que los demás hagan las cosas si yo también puedo?”, se cuestionaba la actriz Laly Goyzueta Muente antes de inscribirse al voluntariado del ensayo clínico de la vacuna Sinopharm en el país. Y aunque pensó que podía cambiar de opinión mientras esperaba la reconfirmación de haber ingresado al estudio, investigó tanto que terminó "100 % segura" de hacerlo.
Inspirada por los testimonios de Josefina Townsend, Jason Day y otros voluntarios decidió “ser protagonista de esta historia” y hacer algo más para detener la pandemia de la Covid-19, que provocó grandes heridas en miles de familias, de la que no escapó la suya tampoco.
“Yo hice pública mi participación como voluntaria porque veía que mucha gente estaba en contra o que había demasiado prejuicio contra la vacuna china. He conversado con otros voluntarios que han participado, hemos ido a la segunda dosis y todos estamos bien. Entonces, les digo no tengan miedo. Aquí estamos”.
Agradeció con humildad a todas las personas que han apoyado su decisión, pero dijo no querer que le digan ‘gracias’ o que es ‘una heroína’ porque participar del estudio es algo que todos deberíamos hacer. Sin embargo, comenta, también ha recibido comentarios negativos que “no la tocan”, pero “duelen”.
“Ahora último decían que ‘los voluntarios somos aprovechadores’, o sea ¿Cómo nos vamos a aprovechar? Si hemos hecho un acto, de verdad, de amor. Algunos voluntarios se quejan de que van a vacunar a los presos primero. Sinceramente, yo no he participado aquí para que me vacunen, he participado aquí para ayudar y cuando me toque me tocará. Acá estoy, cuando me necesiten acá estoy”.
Laly contó que en ningún momento ha descuidado las medidas de bioseguridad y que continuará cuidándose por respeto a los demás, incluso si tiene la vacuna.
“Si tengo la vacuna quizás no me contagie o me contagie levemente, ¿pero la otra persona? Creo que esta enfermedad, por lo menos a mí, me ha tocado mucho para mirar hacia el otro. No podemos pensar en que ah, yo me vacuno y el resto no. Debe llegar a todos, o a una gran cantidad, para alcanzar la inmunización de rebaño que dicen, o no sirve. Yo creo que es importante cuidarnos y cuidar al otro”.
La última voluntaria
Laly comenta que su participación fue accidentada. La citaron un sábado, pero un día antes le avisaron que no vaya porque hubo un incidente con un voluntario del estudio.
Al siguiente sábado le pidieron acudir entre las 8:00 y 12:00 horas. Entonces, llegó cerca de las 10:00 y encontró “una cola enorme”. Ella y otros cinco postulantes quedaron en la lista de espera, pero luego les indicaron que podían irse porque el grupo ya estaba completo.
Todos se fueron y ella se quedó a esperar que la recoja su esposo, cuenta, y en lo que esperaba se acercó un doctor para consultarle si aún quería participar porque un voluntario no iba a poder y necesitaban urgentemente ocupar ese lugar, de lo contrario, la investigación se prolongaría una semana más.
“Fui la última en participar en el estudio. Fue emocionante porque hasta tocaron una campana como ‘ya, la última’ y era un trabajo arduo de todo el equipo de investigación. Después me hicieron exámenes, pasé una consulta médica y finalmente te inoculan, no se sabe si la vacuna o el placebo”.
La actriz contó que su hijo de 15 años estaba muy preocupado por ella, le decía “¿por qué tú?, ¿por qué no otro?”, pero así es como no se logra nada, le explicaba ella.
“¿Y si te pasa algo?”. Estoy bien, no me ha salido otro brazo, le contestó. “Vas a ser Wi-Fi”, continuaba él. Bueno, voy a ser antena, ¿Qué más quieres? Ya no necesitarás el wifi, bromeó Laly. Así, entre risas logró explicarle a su hijo que no le inocularon ningún chip. Le recordó además que a él lo vacunó cuando nació y que si bien ahora hay miedo porque se trata de una vacuna que salió hace poco, la ciencia avanza muy rápido y no hay nada que temer.
Goyzueta concluyó en que lo más importante es mostrar la importancia de la ciencia en el avance de la humanidad, que el tema sea considerado y promovido por el Estado, porque “podremos salir adelante con la ciencia, no con creencias falsas o fake news que nos meten miedo”.