Salud en Casa.- A partir del 5 de octubre, los peruanos pueden viajar vía aérea, terrestre y marítima a Chile, Ecuador, Colombia, Paraguay, Panamá, Bolivia y Uruguay, esto como parte de la fase 4 de la reactivación económica anunciada por el Gobierno.
Debido a esta reanudación, muchos ya se encuentran planificando sus siguientes vacaciones; sin embargo, es necesario tener en cuenta ciertas especificaciones para cuidar de la salud, ante el contexto sanitario por la COVID-19.
Al respecto, la Lic. Livia Fernández, especialista en vacunas y gerente del Centro de Vacunación Internacional Best Service, brinda las siguientes recomendaciones para viajar de manera segura fuera del país:
Las páginas web de los ministerios de salud locales son la mejor opción para contar con datos actualizados. Asimismo, revisar el mapa de riesgo de enfermedades endémicas de cada zona del país en donde permanecerán.
Hasta el momento, la única vacuna obligatoria es la que previene la fiebre amarilla; sin embargo, existen múltiples vacunas recomendadas para los viajeros que serán indicadas según los diferentes destinos, como la vacuna contra el cólera, difteria-tétanos, influenza o gripe, hepatitis A y B, neumonía neumocócica, meningitis, rabia, sarampión, entre otras.
Es importante conocer los requisitos sanitarios para la entrada al país de destino. En el siguiente link cuenta con información sobre las vacunas sugeridas por destino https://bit.ly/2SthkPL
De acuerdo con la especialista, actualmente existen diferentes opciones de vacunación disponibles en el sector público y privado que van desde jornadas (por citas), hasta servicios a domicilio. “Ahora se puede coordinar desde aplicaciones como Rappi la visita de profesionales de la salud, quienes realizan la aplicación de las vacunas, siguiendo estrictos protocolos de seguridad”, agrega Fernández.
Es importante mencionar que, además de tener a la mano los certificados de vacunación convencionales, desde ahora será obligatorio para toda persona que desee visitar el extranjero contar con una prueba molecular negativa con una vigencia máxima de 48 horas, para evitar contagios de COVID-19.