Salud en Casa.- En el Perú alrededor de 300 mil personas padecen de esquizofrenia, según el Ministerio de Salud (MINSA)[1]. Esta enfermedad mental es crónica y puede afectar todos los aspectos del funcionamiento psíquico, tales como el pensamiento, la percepción, el lenguaje y la conducta. Por ello, es importante un diagnóstico temprano y tratamiento oportuno, para que el paciente no pierda sus funcionalidades. La compañía farmacéutica Galenicum Health brinda cinco recomendaciones que se deben tener en cuenta para un tratamiento adecuado de esta patología, cuya incidencia en el país ha aumentado en los últimos años.
Diagnóstico temprano. Es importante que las personas cercanas al paciente identifiquen en él comportamientos que pueden ser síntomas de esta patología. Algunos de ellos pueden ser el aislamiento, cambios de ánimos repentinos, descuido en el aseo personal, abandono de sus actividades cotidianas como el estudio o trabajo y episodios de risa sin motivo o diálogo sin interlocutor. Un diagnóstico temprano permitirá tratar la enfermedad en una etapa inicial.
Conocer sobre las posibilidades farmacológicas. El principio de la medicación para la esquizofrenia se basa en intentar ajustar los niveles de neurotransmisores en el cerebro, ya que estos son las que trasmiten la información, y por ello, su disminución o aumento es determinante en nuestro estado mental y para lograrlo consiste en antipsicóticos, los cuales han avanzado mucho en los últimos años, teniendo en la actualidad los de primera generación o típicos y los de segunda generación o atípicos, como el aripiprazol.
Suspender el tratamiento solo cuando un especialista lo indique. El tratamiento sólo puede funcionar si se cumple como se recomienda. Sin embargo, es común que los pacientes abandonen el tratamiento por su propia decisión y no por una indicación médica. Se debe tomar en cuenta que esta enfermedad requiere un tratamiento mínimo de dos años2, por lo que dejar la medicación antes de tiempo aumenta el riesgo de sufrir una recaída, cuyas consecuencias pueden ser la falta de independencia, pérdida de control, perdida de capacidades, entre otras. Además, las recaídas sucesivas suelen ser cada vez más graves y necesitan más tiempo para su mejoría.
Tener una atención psicoterapéutica a la par del tratamiento médico. Junto a la medicación se recomienda iniciar un tratamiento psicoterapéutico, el cual ayudará al paciente a comprender la enfermedad y a sobrellevarla, mejorando su conducta social. Es el psicólogo, el que puede ayudar a la persona a corregir todos los malos hábitos que ha adquirido debido a su enfermedad, así como a reorientar su vida diaria. Incluso, es de gran ayuda incluir a los familiares más cercanos a terapias psicoeducativas3.
Apoyar al paciente en el ámbito familiar. La esquizofrenia impide que la persona afectada piense con claridad, maneje sus emociones y pueda tomar decisiones y relacionarse de una forma normal con los demás. Todo ello, representa también un trauma para la familia; sin embargo, es preciso que sus miembros sean el soporte del paciente para ayudar en su recuperación. Por ello, es vital que los familiares se informen sobre la enfermedad para comprender mejor al paciente, sean capaces de identificar síntomas y responder adecuadamente frente a alguna crisis.