Salud en Casa.- El verano está llegando a su fin y nuestros pequeños se alistan para regresar a las aulas. Junto con ellos, los padres debemos también prepararnos ya que, al ya no estar bajo nuestra supervisión permanente, podemos descuidar diferentes aspectos, como su alimentación.
Conforme van creciendo, los niños pueden presentar diversos problemas con algunas comidas. Esto sumado a la falta de tiempo y búsqueda de la practicidad, puede poner en riesgo su salud.
En este sentido, Pacífico Seguros, con el apoyo de la nutricionista de SANNA Nutrición a Domicilio, Jenny García, resuelve algunas dudas y brinda unas recomendaciones para que las loncheras escolares sean el aliado perfecto para el crecimiento de nuestros hijos.
1. ¿Cuántas veces debe comer un niño?
Como mencionamos, es en esta etapa los niños están en pleno crecimiento y desarrollo: ganan peso, estatura y, sobre todo, el estado nutricional que les permitirá combatir enfermedades.
Según afirma la nutricionista Jenny García, su alimentación no solo dependerá de su edad, sino también de su actividad física y de su estado nutricional. Lo que se recomienda es que, a las 3 comidas del día (desayuno, almuerzo, cena) se le agreguen entre 2 y 3 snacks que complementen dichos alimentos. Lo que recomienda es que entre comidas haya un lapso entre 2 y 3 horas.
2. ¿Por qué la lonchera no reemplaza al desayuno?
El tema de la alimentación en los niños, según afirma García, siempre trae confusión a los padres. Indica que a veces por falta de tiempo buscamos lo más fácil de preparar, lo cual no es sinónimo necesariamente de nutritivo. Sin embargo, para velar por la salud de los niños, no debemos dejar que salgan a estudiar sin desayunar.
¿Qué debemos considerar?
3. Entonces, ¿qué les debo mandar?
Por la misma importancia de la lonchera, debemos cuidar qué comidas incluir. Para que esta sea considerada “balanceada”, debe incluir los tres grupos de alimentos que brinden energía: los cereales, las proteínas y las frutas y verduras. En otras palabras, podemos mandarles desde granola, pan, kekes hasta queso, pollo, huevos y diferentes frutas y verduras.
Un punto importante es que debemos llegar a un acuerdo con nuestros hijos y dejarlos decidir sobre qué alimentos prefieren. Si les mandamos mucha comida, es probable que no la coman toda. Es mejor establecer qué alimentos nutritivos sí son de su preferencia y que entiendan cuál es la importancia de su buena alimentación.
En esta época del año debemos tener especial cuidado con las comidas que pueden fermentarse. Evitar mandarles jugos o frutas que pueden echarse a perder: el agua siempre es una mejor opción. De igual forma, evitar alimentos procesados que, por sus químicos, es recomendable dejar de lado: por ejemplo, los embutidos o las barritas de cereal.