Salud en Casa.- El agua es un nutriente acalórico (no aporta calorías) necesario para que el organismo se mantenga correctamente estructurado y en perfecto funcionamiento. La pérdida de tan solo un 10% del agua corporal supone un grave riesgo para la salud, por ello, es necesario hidratarse bien, y más aún en el verano, debido a que el cuerpo pierde más agua en temperaturas altas, señaló Lita Palomares, profesora de Nutrición de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
Recomendó beber 2 litros al día de agua en mujeres adultas y 2,5 litros diarios en hombres adultos, bajo condiciones normales de actividad y temperatura, indicando que el 80% sea por ingesta directa de agua y un 20% a través de los alimentos que tomamos. Agregó que en caso de temperatura superior a 38°C o humedad relativa de más de 50%, es necesario aumentar la ingesta de agua al menos en 400 ml.
“El agua es el componente más abundante del organismo humano y esencial para la vida, por ello se puede pasar varias semanas sin comer, pero tan solo pocos días sin beber agua. Una hidratación inadecuada puede pasar inadvertida y generar problemas como boca seca o pegajosa, sequedad de la piel, dolores de cabeza, cansancio, falta de concentración, calambres, letargo o irritabilidad, disminución o falta de orina”, precisó Lita Palomares.
A tomar en cuenta
La especialista en nutrición de la UPCH resaltó algunos hábitos para hidratarse adecuadamente:
Cabe precisar, que los espacios con aire acondicionado tienen un ambiente con bajo contenido de agua, lo que da lugar a mayores pérdidas de agua a través de los pulmones y de la piel. Debido a ello, Lita Palomares recomienda que estas mermas deben compensarse con una dieta equilibrada, moderada y variada y con un aumento de la ingesta de agua.
Población vulnerable
Una adecuada ingesta de agua es fundamental para la salud de todas las personas durante todas las etapas de la vida. Sin embargo, existen grupos de población más sensibles a las consecuencias de la deshidratación, por lo que conviene estar alerta y vigilar su correcta hidratación.
“Son más vulnerables a la deshidratación los bebés, niños, personas mayores y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia por sus especiales características o factores, entre los que destacan las condiciones fisiológicas y el porcentaje que representa el líquido en el peso corporal total de estas personas”, comentó la nutricionista de la UPCH.
21Jan2020