Un abuso sexual infantil puede producirse en cualquier contexto

Un abuso sexual infantil puede producirse en cualquier contexto

24 Marzo, 2018

Ante los diversos casos de violación sexual a menores de edad, nuestra sociedad está sufriendo una crisis de salud mental que ocasiona que muchos padres de familia estén cada vez más pendientes de sus hijos , a fin de evitar que sufran estas vejaciones.

De acuerdo con la psicóloga Lorena Pastor Poggi, del Centro Psicotrec , no existe un único perfil de agresor sexual, pero por lo general presentan las siguientes características psicológicas como sentimientos de inferioridad y frustración o rasgos narcisistas. La persona que ejerce abuso sexual podría tener una baja autoestima y sentimientos de frustración que desfoga con violencia o por otro lado podría tener rasgos narcisistas y exaltación del propio ego. “Pueden haber sido abusados o maltratados de niños o testigos de abusos hacia otros familiares. Esto provoca que puedan identificar la coerción como un modo normal de proceder”, indicó.

De acuerdo con la especialista otro punto importante es que presentan además una falta de objetivos realistas y a largo plazo; no planifican su vida, carecen de objetivos a largo plazo, se enfocan más en el presente y en la satisfacción inmediata de sus deseos. Suelen mentir con el objetivo de atraer a su víctima y posteriormente ejercen manipulación. Inmadurez psicológica o emocional, revelan irresponsabilidad, comportamiento impulsivo, tendencia al aburrimiento, entro otras.   “Muchos de estos depravados no piensan en cómo se siente la víctima, no le importa, solo desea ejercer poder y someterla y cumplir con su objetivo; por ello carecen  de sentimientos de culpa o arrepentimiento, las víctimas son vistas como objetos con quien ellos buscan ejercer poder y dominio. Sus afectos son superficiales.

Asimismo los padres deben tener en cuenta ciertos signos que puedan sospechar que su hijo(a) está sufriendo de acoso.  Por ello es importante hablar con ellos y notar cambios repentinos en el humor, comportamiento (irritabilidad, agresividad, dificultad para seguir instrucciones) y desempeño escolar (disminuye el rendimiento académico). Problemas de aprendizaje que no pueden ser atribuidos a causas físicas o psicológicas. Dificultades de atención y concentración , elevado nivel de sensibilidad (llantos frecuentes), y se muestra a la defensiva, como si algo malo estuviera a punto de suceder.

De acuerdo con Lorena Pastor es muy recurrente en este tipos de casos que cuando el menor presenta hiractividad , quejas somáticas: dolores de cabeza, estómago, sin una causa real, disminución del apetito, dificultad para dormir,  signos de pasividad, retraimiento, aislamiento y sumisión. No hay que dejarlo pasar y recurrir a un especialista para develar este problema y tomar las medidas debidas contra la persona involucrada.

 

Consecuencias en los menores

Es importante comprender esta horrible experiencia puede acarrear consecuencias graves en la salud mental del pequeño (a), por las repercusiones cuando llegue a la adultez.  “Muchas casos se han visto que padecen de depresión, síndrome de estrés post traumático, control inadecuado de la ira (más frecuente en varones que en mujeres), conductas autodestructivas (más frecuente en mujeres que en varones), alteración en la conducta sexual y dificultad para entablar una relación de pareja.

“Por ello es necesario que la víctima reciba un tratamiento adecuado, requiriendo para eso se recomiendan principalmente las terapias cognitivo - conductuales y las terapias de reprocesamiento y desensibilización a través del movimiento ocular, porque de no recibir ayuda, su estado emocional ingresa a una crisis de mayor envergadura, pudiendo quitarse la vida “, aseveró.

Ojo padres de familia.

De acuerdo con la psicoteraputa Lorena Pastor, un abuso sexual infantil puede producirse en cualquier contexto, pero los más comunes son en los colegios, en casas de familiares o amigos, en clubes, en baños de centros comerciales, en parques infantiles o hasta en el propio hogar.

“Los padres deben conversar con sus hijos y enseñarles que ninguna persona los puede tocar en sus partes íntimas, ni mirar cuando se estén bañando o cambiando de ropa. Desarrollar un vínculo de confianza con sus hijos y mantener comunicación constante con ellos. De esta manera, los niños se sentirán más seguros en que pueden confiar y contarles lo que les sucede. Saber dónde y con quien están sus hijos en todo momento. Deben tener cuidado con los permisos que se les da para dormir en casa de amigos o para salir. Advertirles a sus hijos acerca de los peligros que existen y sobre el no hablar ni confiar en desconocidos, no aceptar ningún regalo de extraños. Y estar pendientes de los cambios de comportamiento repentinos de sus hijos”.

La educación tanto en el hogar como en la escuela es de vital importancia para evitar el abuso infantil. Pienso que deben trabajar coordinadamente en la prevención del abuso mediante la elaboración de estrategias que deban ser puestas en práctica por los niños en situaciones ficticias.