Diario La República.- Cuatro niños fijan su mirada en los billetes verdes que un candidato al gobierno regional de Ayacucho le extiende a un poblador. La escena se produce en vivo y en directo, dentro de una cabina de radio, como parte de la campaña electoral del 2010. Hay cámaras de video y fotografía que congelaron el momento. Aquel político llegó al cargo y en el 2014 apostó por la reelección.
En la plaza de Huamanga, en agosto del 2014, este personaje, de nombre Wilfredo Oscorima, utilizó la lucha contra la pobreza y la desnutrición como pretexto para pedir la reelección.
“No vamos a descansar ni un solo instante hasta erradicar la desnutrición crónica infantil”. “Juro que vamos a derrotar la pobreza”. Sus promesas quedaron registradas.
Luego, como un compromiso de lucha real contra la desnutrición, estampó su firma en un documento y se comprometió a reducir la anemia en Ayacucho hasta el 20%, en niños menores de tres años.
El hombre no hizo su tarea. Faltan ocho meses para que deje el cargo y en Ayacucho la anemia no se ha reducido ni un milésimo. Al contrario. La cifra ha subido. Cuando asumió el cargo para la reelección había un 45,8% de anemia en niños menores de tres años. Ahora que se va, hereda a su región una cifra mayor: 48,3%.
El reporte corresponde a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), específicamente para niños de entre 6 y 35 meses de edad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando la anemia en niños menores de 5 años es superior al 40% en el promedio nacional, estamos ante un problema de salud pública.
En el Perú, según las cifras oficiales, tenemos 19 regiones donde más del 40% de niños menores de tres años sufre de anemia. Este indicador ha sido asumido por la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Liliana La Rosa, como una situación crítica (ver entrevista).
Este problema supone una intervención mixta, tanto del gobierno nacional, como también de los gobiernos regionales y locales, según subrayó Federico Arnillas, presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP), en diálogo con esta redacción.
Esta instancia ha seguido de cerca las cifras. Incluso, en la campaña electoral del 2014, esta instancia, en articulación con actores de la sociedad civil de cada región, logró compromisos de los gobernadores regionales electos para comprarse el pleito. Oscorima fue uno de ellos, pero incumplió con los ayacuchanos.
Ayer por la tarde, una visita espontánea al Hospital Regional de Ayacucho permitió conocer el panorama. En el pabellón de pediatría “hay niños que ingresan con fiebre, pero cuando son examinados por los médicos se les detecta anemia”, detalla un personal.
En los pasillos encontramos a Rita Vivanco, cuyo hijo de año y medio ingresó por una infección al estómago, pero los galenos le avisaron que el menor también tiene anemia.
Ella dice proceder del distrito de Huamanquiquia, provincia de Fajardo. Se trata de un distrito de extrema pobreza, en cuyas alturas la ayuda social y la intervención regional es mínima.
Gobernadores jalados
Wilfredo Oscorima, sin embargo, no es el único gobernador actual que presenta un resultado muy desfavorable, en materia de desempeño contra la anemia infantil en su región.
Son, en verdad, nueve los gobernadores en cuyas regiones la cifra se ha incrementado, en comparación con el 2014, cuando recibieron la banda para el cargo.
Este ranking inverso de gobernadores regionales que menos hicieron para reducir la anemia está encabezado por Fernando Cilloniz Benavides, gobernador regional de Ica, que llegó al cargo con el partido Fuerza Popular.
Una fuente de Ica contó que durante la campaña del 2014 se le invitó a firmar un documento de compromisos para reducir la anemia. Pero la autoridad electa se negó a hacerlo. Hoy las cifras le son adversas. Cuando inició su gestión, al primer mes del 2015, en Ica había un 36,8% de anemia. Hoy se va del cargo con 40,5%. Una diferencia adicional de 3,7%. Se trata del gobernador en cuya región se registró el mayor incremento, cuando los resultados deberían ser a la inversa, de reducción.
El segundo lugar en el ranking de los nueve gobernadores con resultados adversos lo ocupa Víctor Noriega Reátegui, gobernador regional de San Martín, quien también fue electo por Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori.
Su gestión inició con un preocupante 47,6% de niños menores de 3 años con anemia. Se supone que tenía que ayudar a reducir la cifra. No lo hizo. Ahora se va con 50,7%. 3,1% de más.
Le sigue Oscorima. Tercer lugar. Otros nombres que saltan a la vista son Humberto Acuña Peralta (Lambayeque) y Luis Valdez Farías (Trujillo), gobernadores regionales del partido Alianza Para el Progreso que tampoco lograron cifras favorables desde el enfoque de gestión por resultados.
Una agenda común
Muy distinto es lo ocurrido con la región de Arequipa. La gobernadora regional, Yamila Osorio, inició su gestión con 39,2% de anemia. En los años siguientes hubo un incremento consecutivo preocupante al punto de que en diciembre del 2016 la cifra era de 44,5%.
Sin embargo, a diciembre del 2017, en tan solo un año, hubo una reducción muy significativa de diez puntos. La cifra actual es de 34,2%
“De acuerdo a información recogida desde la Mesa Regional (de Arequipa), el tema de la anemia es la prioridad en la agenda política del gobierno regional. La prioridad política es el factor clave para desencadenar un adecuado proceso de cambio”, destaca Federico Arnillas.
Otro elemento fundamental es que en el perfil de la anemiapredomina los casos moderados y leves. “Eso permitiría lograr reducciones más significas, pero esto supone un esfuerzo combinado de los tres niveles de gobierno y la sociedad civil”, subraya.
Según Federico Arnillas, el compromiso de los gobernadores regionales es importante porque las razones del problema de la anemia varía de acuerdo a los perfiles de cada región: “Enfrentar el problema con estrategias más focalizadas desde las regiones es fundamental”.❧
Pobreza monetaria creció más en Cusco, Junín y Lambayeque
- Según el reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), durante el 2017, la pobreza monetaria sufrió un mayor incremento en tres regiones específicas: Cusco, Junín y Lambayeque.
- Cusco con 25,2% se ubica por encima del promedio de país, que es del 21,7%.
- En el centro del país, la región Junín registra un 21,7%, mientras que, en el norte, Lambayeque presenta un 18,5% .
- Por otro lado, la región de Cajamarca sigue como la región con mayor pobreza monetaria. Esta jurisdicción es la única que se ubica en el primer grupo de regiones con los niveles de pobreza monetaria más elevados.
- En tal sentido, Cajamarca se encuentra en el primer nivel con incidencia de pobreza más alta, que fluctúa entre 43,1% y 52,0%.
- En el segundo grupo, con cifras que generan preocupación, se encuentran Amazonas, Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Loreto, Puno y Pasco.
- Según el reporte estadístico, Huancavelica se mantiene como la segunda región más pobre en el 2017, con 38,9%.
- Cobra especial relevancia el tercer lugar que es ocupado por Pasco, una región cuya economía tiene como principal protagonista a la actividad minera. Y es que Pasco es el tercer departamento con mayor pobreza (38,5%), según las cifras oficiales reportadas por el INEI.
- Desde el escenario político, distintos actores han expresado su preocupación por el incremento de la pobreza monetaria en el 2017, representando un cuadro adverso que se da por primera vez en las dos últimas décadas.
- Según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del INEI, la pobreza monetaria se ha incrementado de 20,7% (2016) al 21,7%, para el 2017.
- Este problema se expresa en que 6 millones 906,000 peruanos, pasaron ahora a la situación de pobreza.
“Con esos datos, ya no tenemos espacio ni tiempo para la confrontación. Contra la pobreza debemos estar unidos todos los peruanos”. Martín Vizcarra, Presidente
“Hay un cambio de la tendencia en la reducción de la pobreza; es una señal de alerta tanto para el sector público como para sociedad civil”. Federico Arnillas, MCLCP