Salud en Casa.- La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Y en el Perú, alrededor de 300 mil personas padecen algún trastorno mental severo, indica el Ministerio de Salud (MINSA). Globalmente, este mal es asociado a una considerable discapacidad que puede afectar al desempeño cotidiano en el ejercicio educativo y laboral de la persona.
A continuación, la compañía farmacéutica Galenicum Health, comparte algunos mitos y verdades sobre la esquizofrenia:
Mito 1. Todas las personas que padecen esquizofrenia son violentas.
Verdad: La esquizofrenia es tratable, y con la ayuda de la farmacoterapia y el apoyo psicológico de los familiares, amigos y la sociedad, los resultados son altamente eficaces. Es un pequeño número, el que representa a aquellos pacientes que suelen tener conductas violentas y, usualmente, se debe a la falta de tratamiento médico.
Mito 2. Quienes sufren de esquizofrenia no llevan una vida normal.
Verdad: Los pacientes con esquizofrenia tienen un 90% de posibilidades de llevar una vida normal si siguen un tratamiento psiquiátrico oportuno y adecuado, de acuerdo a la Dirección General de Salud Mental y Adicciones de Sonora de México.
Mito 3. Todos los pacientes tienen los mismos síntomas.
Verdad: Galenicum Health indica que los síntomas de esta afección pueden variar entre personas y se pueden resumir en la dificultad para pensar con claridad, tener alucinaciones continuas de algo que no se encuentra en el mismo espacio, padecer de delirios de persecución, adoptar posturas inadecuadas sin razón aparente, entre otros.
Recuerde acudir regularmente a las citas médicas es vital para enfrentar este mal. Es necesario conversar con el psiquiatra para despejar todas sus dudas y, permitir un correcto seguimiento por parte del especialista.
Asimismo, evitar el consumo de alcohol y drogas para no empeorar la situación, pues interfiere con el tratamiento y empeora el estado general del paciente, propiciando recaídas.