Agencia Andina.-Comúnmente la gente que sufre un resfrío piensa que está siendo presa de una gripe y, si ese año se vacunó contra ese mal, se molesta porque piensa que no le sirvió de nada y que igual la “antipática” lo atacó en invierno.
Pero la verdad es que, aunque pueden tener parecido, el resfrío y la gripe son cosas distintas, a decir del doctor Alberto Romero Guzmán, director adjunto del Instituto Nacional de Salud del Niño (antiguo hospital del Niño de Breña).
El resfrío es una infección viral que se caracteriza por cuadros de catarro o rinorrea, estornudos, ojos congestionados y un poquito de fiebre “pero es una patología que se autolimita y es de curso leve y rápido”.
La gripe, por el contrario, es de síntomas similares pero mucho más acentuados y prolongados en el tiempo. Además, no es común que alguien se enferme de gripe a cada rato. “Una gripe puede derivar en una neumonía y traer otras complicaciones serias”, advirtió el galeno a la Agencia Andina.
Por eso, además de tener una dieta balanceada, es importante vacunarse cada año contra la gripe o influenza. Esto porque el virus que provoca este mal varía cada año y eso obliga a que las autoridades de salud dispongan una vacuna diferente cada año.
El médico precisó que si una persona con resfrío o gripe se abriga bastante será por una cuestión de confort, porque el abrigo no evitará que contraiga la enfermedad, ya que los virus están en el ambiente.
Lo mismo sucede con los equipos deshumedecedores o de calefacción. Estos solo proporcionan confort pero no evitan que la gente se enferme. “Si así fuera todos nos abrigaríamos y nadie se enfermaría”, comentó al señalar que es importante ventilar las habitaciones para que los virus desaparezcan.
Agregó que cualquier persona con una alimentación balanceada en la que se incluyan grasas, carbohidratos, proteínas y vitaminas puede afrontar mejor esos males “y no es que tenga que comer más naranjas y mandarinas”.
Las IRAS y los niños
Las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAS) en niños comprenden una serie de enfermedades como el resfrío común, neumonías, bronquitis, gripe, y crisis asmáticas, según Romero Guzmán.
En esta época fría del año son relativamente frecuentes entre los más pequeños, por lo que los padres pueden, día a día, seguir ciertas reglas para evitarlas, dijo el galeno.
Una primera recomendación es que el menor tenga su vacunación completa, pero es igualmente importante darle lactancia materna, en especial a los más pequeños, no solo porque es la mejor nutrición sino porque los protege de enfermedades infecciosas.
Si el niño ya ingiere comidas sólidas, se le debe dar una dieta balanceada que sea rica en proteínas y grasas.
Y la regla más simple y más barata es la higiene pues el lavado de manos, evita la transmisión de enfermedades infecciosas agudas, manifestó el médico.
¿Cuándo acudir al médico?
Si el menor no tiene otros síntomas más que los ya conocidos para un resfrío y se trata de un niño sano sin otras patologías, se le puede cuidar en casa con una buena alimentación, hidratación y medidas para controlar la temperatura en caso haya fiebre.
Pero si los síntomas se prolongan más de 48 horas o se presentan con mayor intensidad, lo mejor es llevarlo a un centro de salud o a la evaluación de un pediatra.
Si es pequeño, hay que darle de lactar todo lo quiera, además de líquidos para hidratarlo y el abrigo necesario para darle confort.
El galeno insistió en señalar que el abrigo no evita la enfermedad porque, recalcó, los virus están en el aire y se transmiten por esa vía. "Por eso hay tanto contagio en los nidos y las escuelas. Cuando ocurre eso, los padres no deben enviar a sus hijos al colegio para evitar que diseminen los virus”.