Agencia Andina./Un embarazo no planificado tiene un impacto emocional tremendo en las parejas, las cuales, en la mayoría de los casos, terminan separándose cuando se trata del primer hijo.
Así lo dio a conocer Jimmy Orihuela Salazar, psicólogo del Instituto Nacional Materno Perinatal, durante el programa Saludable Mente de Andina Canal On Line.
“De cada 10 parejas, solo cuatro se quedan juntas y eso es un tremendo reto para la madre que va a tener que sacar adelante a su hijo y sola. El impacto frente a la llegada de un bebé es muy fuerte y no tenemos una cultura de la planificación. Según las estadísticas que manejamos en la institución, más del 50% de los embarazos no son planificados”.
Este tipo de embarazos aumentan los indicadores de ansiedad y depresión que pueden afectar al bebé. Aparecen muchos conflictos en la pareja. El padre por lo general empieza a ausentarse y la madre se siente triste, decaída.
“Es una pareja que empieza tener problemas en su vida personal y hasta íntima. Se tienen que reacomodar a esa nueva experiencia. De repente, muchos planes tienen que dejarse de lado momentáneamente para asumir el rol de mamá o papá. Habrá que esforzarse el doble para asumir esa nueva responsabilidad. El impacto es distinto cuando se trata del segundo o tercer hijo”, dijo.
Bebé con problemas
Convertirse en padres, sobre todo muy jóvenes, genera un cargo de culpa en la madre que influye negativamente en las emociones del futuro bebé.
“Puede conllevar a que desarrolle inseguridades, temores, ansiedades y cuando ese niño llegue a etapas como la adolescencia, pueden surgir cambios en su vida que repercutan como factores de riesgo para su salud mental”, advirtió.
Para el psicoterapeuta, es fundamental expresar lo que se siente respecto a la noticia de convertirse en padre o madre sin haberlo planificado. Incluso, aunque suene duro, hay que verbalizar si es que hay un rechazo al bebé en camino.
“Es necesario expresar nuestras emociones, nuestros pensamientos. Desde el enfoque conductivo conductual hablamos de que nuestros pensamientos tienen un gran impacto en nuestras emociones. Hablar les permitirá liberarse y evitar el cargo de culpa que empeora las cosas”, dijo.
El no hacerlo, indicó Orihuela, atrapará mentalmente a la madre, quien actuará de forma errada en la crianza del hijo o la hija.
“Esa madre acumulará un gran sentimiento de vergüenza y cuando llegue el bebé podrá ser demasiado rígida o demasiado permisiva. Eso me hace recordar un caso de una mamá que decía `mi hijo me hace recordar el aspecto físico de su papá´. No le gustaba. Ese recuerdo no resuelto hacía que adopte una conducta más castigadora con el niño, por eso hay que hablar de lo que se siente”, anotó.
A las parejas que en este momento enfrentan una situación de este tipo, el especialista les recomendó en primer lugar, no asustarse de las emociones de rechazo que podrían sentir, porque casi nadie está preparado para convertirse en padre o madre.
“Si bien es un cambio que alterará todo su sistema personal, familiar, también es una oportunidad para aprender, dar lo mejor de uno, crecer como persona. Mi consejo es que no se abrumen y confíen en sus potencialidades. Podrían acudir a especialista para expresar con confianza lo que sienten”, dijo.
Además, ceben buscar rodearse de personas que los hagan sentir bien, que les den confianza, que los escuchen sin juzgar.
“Si la mujer se quedó sola, sería ideal que busque un espacio para hablar de sus emociones, de sus proyectos personales, y así tomar las medidas que le permitan crecer como persona, lo cual redundará en su crecimiento emocional y el de sus hijos”, agreg´+o.
Finalmente, exhortó a las parejas a no tomar decisiones apresuradas ni decidir solo en base a lo que sienten. "Hay una vida en camino y si logran equilibrar sus emociones sabrán qué es lo mejor para todos, ya sea que permanezcan juntos o no", puntualizó.